c ó d i g o bye
¿Alguna vez se ha parado usted a pensar por qué la gente se refugia en otro idioma? En qué me he convertido. Esta náusea aprieta mi garganta. Por qué me identifico solo con el silencio. Tanto silencio me está pudriendo por dentro. El silencio me conquista despacio. Me ata las manos. Es como un cáncer que se expande librando batallas internas en mi cuerpo. Célula a célula. O hueco a hueco. Pruebe usted mismo. Empieza en un rincón de la piel. Desatiéndalo. Un día se siente el cuello dormido. Al otro ha perdido su capacidad articulatoria. Abra la boca, gesticule. ¿Nada? Ya lo ve. Yo ya atiendo solo a mis vísceras. Me miro por dentro, pienso en mis tripas, oigo mi sangre correr, siento en la boca la bilis. Me envuelve. Me envuelve. La sangre no, no el mar: la ola. La soledad. Yo estaba muerta Yo estaba sola Estaba sí muerta, sí sola. Contigo no, sola. El espejo me mira. Me están mirando mis ojos. Que son ¿de quién? ...